EL ENCUENTRO CON NUESTRA FAMILIA CHILENA
- alaskatierrafuego
- 27 sept 2017
- 6 Min. de lectura
“Abrían las puertas de las casas y disparaban sin ningún reparo... " Esas son las palabras que recuerdo de las historias que la prima Emilia nos contaba de la situación que había en Chile durante la dictadura de Pinochet cuando pasó a visitarnos a Tobarra en una de sus vistas a España.
Pero todo empezó más de cincuenta años atrás. Emilia, prima hermana de mi abuela por parte de padre y tobarreña, contrajo matrimonio con Eleazar Huerta, también tobarreño. Aunque ella no lo sabía, cuando Emilia era todavía un bebé, Eleazar dieciocho años mayor, la tomó en sus brazos y le dijo “ Tú serás mi mujer “ y así fue.
Eleazar, destacó como una de las figuras más prominentes de la política albaceteña durante la Segunda República, ocupando puestos como alcalde, concejal y presidente de la Diputación de Albacete. También poeta, publicó varios libros y como abogado del Estado, se dedicó a causas de gentes humildes y condenas de muerte.
Sería en 1939, con una guerra civil, recién perdida, o recién ganada, según cómo se mire y camino del destierro, primero a tierras francesas donde nació su hijo Mario y más tarde a Chile, cuando Eleazar escribe el “Libro de Alo”, que lleva el nombre de su hija y que nunca llegó a publicar en vida, recorriendo Francia y “ sus contadas horas”, y atravesando el Atlántico, herido por “ La plenitud de Dios que nos ignora” hasta llegar a los Andes.
Alrededor de unas cincuenta personas, a fines de 1939, llegaron a Buenos Aires a bordo del mítico barco “El Formosa”. También formaron parte de este viaje el poeta Antonio Machado, y sus respectivas familias en busca de una nueva vida.
La nación chilena, les acogería con los brazos abiertos, como a tantos españoles que huyeron del hambre y de la represión política, a donde nunca más regresarían.
Su extraordinaria calificación universitaria, le valdría para encontrar trabajo en la universidad, de la que pronto fue catedrático de historia de la universidad austral en Valdivia, donde hoy día hay una plaza en su honor.
Nunca volvería a Tobarra, su pueblo natal, pero hoy, la casa de la cultura lleva su nombre.
Cuando empezamos nuestro viaje, nunca imaginamos que tendríamos la posibilidad de encontrar a esos hijos y nietos de Emilia y Eleazar que crecieron al otro lado del Atlántico.
Una vez que tenemos más o menos claro cuál va a ser nuestra ruta, mi madre y mi tía me dicen que la familia de Emilia sigue en Chile, creen que en Valdivia o Santiago, pero van a intentar buscarnos más información para ver si podemos localizarlos, porque una vez que tanto Emilia como mi abuela fallecieron, se desvaneció el lazo que había y que ahora vamos a intentar recuperar.
Mario, uno de los primos de mi madre que vive en Madrid, pasó por Chile hace unos veinte años y parece que tiene algunos datos que nos pueden ayudar.
Justo antes de llegar a Santiago, recibimos un e-mail con un árbol genealógico al que acompañan datos, un teléfono y algunas direcciones, una de ellas es de Santiago.
Con lo que dos cosas nos llevan a Santiago, reparar los desperfectos que el camper ha ido sufriendo en los 50.000 km de duras rutas y encontrar a nuestra familia chilena.
En primer lugar, vamos en busca de Camper Travel, una empresa que nos han recomendado otros viajeros para que nos hagan el diagnóstico y nos digan el desembolso, porque a estas alturas, como dicen aquí, la plata está escasa, pero hay que dejar el camper en buen estado para los nuevos dueños, porque ya está vendida.
Aunque tenemos la dirección, llevamos dos horas y no conseguimos localizarlos, por casualidad, acabamos en el aparcamiento de la empresa BALMETAL. En un momento, un par de hombres, salen a preguntarnos, uno es Pedro, el gerente, les contamos nuestra aventurilla y les pedimos si por favor pueden ayudarnos a buscar la empresa, a lo que enseguida responden que sí. Les decimos que queríamos hacer una recarga en el teléfono para además localizar a unos familiares pero que no hemos encontrado ningún sitio.
- Denme el teléfono de esos familiares y pasen conmigo. Nos dice Pedro
“Al tiro”, como dicen por aquí, la mitad de la plantilla se pone a trabajar para nosotros, unos buscando Camper Travel, y otros, buscando datos sobre nuestra familia en internet.
Pedro llama al teléfono que tenemos de Milagro, la hija mayor de Emilia, pero nadie responde, mientras, Soledad, la hermana de Pedro, hace una búsqueda en internet sobre ella. Pedro que ya ha localizado a Camper Travel y les ha dicho que vamos para allá, y comienza a buscar datos de Miguel, el hijo de Milagro.
Soledad nos llama… - Venid chicos.
Entusiasmados, nos dirigimos a su escritorio, pero las noticias son muy tristes, Milagro ha fallecido hace menos de dos meses, viene en lo que en Chile llaman el Obatorio del periódico….. a mí, se me saltan la lágrimas.
Al momento nos llama Pedro… - Chicos vengan, he encontrado un Miguel Mata en Linkeding, (una red social profesional), Y según parece es subdirector del banco Santander.
- Pues sí, debe ser él, tenemos un dato de que trabajaba en el banco de Santiago que luego paso a ser el Santander. Respondemos.
- Entonces, estamos de suerte, nos dice Pedro, - nosotros trabajamos con el Santander y tenemos un contacto que nos puede facilitar seguro el teléfono de Miguel, en cuanto lo tengamos, se lo pasamos por whatsapp.
Ellos van a comer y nosotros a Camper Travel más que agradecidos por la ayuda que nos han prestado… Pedro nos dice: “ Chicos, no me den la gracias, uno solo trata de ponerse en los zapatos vuestros y trata de ayudar pensando en eso, mientras pueda seguir ayudando, cuenten con nosotros y haremos todo lo que esté a nuestro alcance”. Conociendo gente así, a uno ya no le hace falta ver nada más en el país.
En menos de una hora, tenemos el teléfono y el mail de Miguel.
Después de hacer la inspección de la casa, los chicos de Camper Travel, hacen una llamada y nos dicen que vayamos a Camping sobre ruedas, otra empresa del sector, pero que trabaja con marcas americanas, porque ellos se dedican al mercado europeo y no tienen las piezas que buscamos.
Nos ponemos rumbo hacia camping sobre ruedas, y de camino, hacemos una recarga en el teléfono para llamar a Miguel, ¡¡ que emoción ¡!!! Llamamos, pero nos atiende su secretaria, a la que no sé muy bien que decirle, con lo que le digo que somos unos familiares de España… imagino que lo flipará, así que le enviamos un e-mail para contarle quienes somos.
Localizar a camping sobre ruedas, tampoco es tarea fácil pero finalmente, damos con ellos y parece que pueden solucionar los desperfectos y además nos dejan quedarnos hasta que todo esté arreglado en su terreno con agua, luz e internet gratis.
Por la tarde, suena el teléfono, es Miguel, nos dice que quieren invitarnos él y su hermana Andrea a comer el domingo en un restaurante en el centro de Santiago… perfecto, es viernes y la casa estará lista por la tarde, así que nos viene genial.
Eso sí, necesitamos un calzado decente, en los últimos quince meses, nuestras ruedas han sido las botas de montaña y las chanclas playeras, y las dos están en las últimas, por suerte, hay rebajas.
Es domingo y nos dirigimos hacia el restaurante, que emoción, al vernos, nos damos un fuerte abrazo y Andrea enseguida comienza a hacer un árbol genealógico de la familia para situarse, somos primos terceros le digo y le guiño el ojo. Con Miguel viene su hijo pequeño y su mujer, todos encantadores, pasamos horas comiendo y bebiendo un excelente vino chileno mientras nos contamos la vida. El encuentro ha sido perfecto, y quedamos en volver a vernos a la vuelta a Santiago, porque tenemos que seguir rumbo al sur.

Andrea y Miguel nos dicen que Mario, o Mao, como le llaman, el otro hijo de Emilia y Eleazar vive en Temuco con su hijo Ignacio y su mujer así que sin duda pasaremos a visitarlos.
Calculamos unos tres días para llegar haciendo alguna paradita en el camino, no es demasiado tiempo para avisar pero cuando contactamos a Ignacio, por teléfono se le ve muy entusiasmado, igual que nosotros y hasta nos dice que si llegamos antes mejor, pero que a ver si le va a dar tiempo a cazar algún mamífero para comer, lo que nos hace pensar que, o es un crack, o es cazador, o las dos cosas jajajaja sin duda, presentimos que la visita a Temuco promete…
Finalmente, llegamos un día antes, nuestra intención de visitar alguna bodega en el valle de Colchagua, una de las zonas vinícolas de Chile, pero nos echamos para atrás por los precios disparatados.
Así que sólo hacemos parada en el salto del Laja, una espectacular cascada que nos da un indicio de lo que nos espera en el sur de este inmenso y variado país.
Recibimiento espectacular, un pedazo de abrazo y unas cervezas bien frías. Elia y Mao son encantadores al igual que Ignacio, que no es cazador pero es un crack, la familia al completo es una auténtica diversión.
Nos deleitan con las historias de sus padres, al igual que Mao, Elia es de familia checa y sus padres dejaron sus tierras durante la segunda guerra mundial con lo que hay muchas historias que contar, tanto de lo que fue la salida de sus países como de su vida ya al otro lado del océano, y acompañando estas historias, una asado espectacular, vino chileno y pico hasta las tantas de la noche.
Sin duda, uno de los mejores momentos de nuestro viaje.
¡Nos vemos a la vuelta familia !
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