DE LA CIUDAD INCA INGAPIRCA A LA ISLA DE LA PLATA.
- alaskatierrafuego
- 24 jun 2017
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Hasta principios de siglo XV, el imperio Inca se concentró alrededor de Cuzco en Perú, pero fue bajo el mandato de Tupac Yupanqui que esta civilización alcanzó Ecuador, encontrando una gran resistencia del pueblo Cañari que finalmente tuvo que someterse a sus conquistadores.
Situada en la montañas Andinas, por encima de la nubes se divisan las ruinas de lo que fue la ciudad de Ingapirca, la más importante durante la presencia Inca en Ecuador.
La ruta para llegar desde Salinas no nos es demasiado favorable, la niebla, la lluvia y la elección de la peor carretera que habíamos recorrido en Ecuador, que por el momento eran perfectas nos hace pasar más de siete horas para recorrer no más de 200km.
La gran ciudad de Ingapirca, estaba primeramente habitada por el pueblo Cañarí, en este lugar más bien de culto, se enterraban a muchachas vivas con su sacerdotisa, se veneraban al sol y a la luna y era un lugar estratégico por la altitud para divisar las tierras de los cuatro puntos cardinales. Ha quedado constancia de la fusión de ambas culturas, mientras los Incas adoraban al sol que les ayudaba en algunos de sus cultivos, los Cañarí rendían culto a la luna y a través de ellas sabían cómo organizar sus cosechas, otras muchos ideologías se fusionaron durante la convivencia de estas dos civilizaciones, pero sin duda lo que el pueblo Inca expandió por todo el país fue su idioma conocido como Quichua en tierras Ecuatorianas.
La convivencia entre ambos pueblos se suavizó cuando el gobernante Inca Tupac, casó a su hijo con una princesa Cañarí. De este matrimonio nacieron dos hijos Atahualpa que creció en Quito, Ecuador y Huáscar en Cuzco que a la muerte de su padre acabaron siendo rivales y disputaron los territorios Incas.
Sin duda, esta disputa favoreció años más tarde la conquista española que por desgracia no sólo arrasó con esta magnífica ciudad utilizando las piedras con las que estaba construida para levantar sus ciudades coloniales, sino con una civilización.
De camino hacia el sur, paramos en un pueblecito y una señora indígena que le llega a Jose por la cintura, se nos acerca pidiéndonos algo, pero no la entendemos muy bien, en estas tierras el idioma es el quechua y aunque chapurrean el español, a veces no es evidente… finalmente, entendemos que quiere que la llevemos en el coche a no sabemos dónde, así que la cogemos en brazo para subirla al tanque, porque a la pobre no le llegan las patejas. Es Ana Patricia un mujercilla que vive sóla en este pueblecito de montaña y tiene que ir al médico al pueblo más cercano que está a más de 40 km, está encantada de que la llevemos porque parece que no pasan muchos autobuses por el pueblo, y al cuando la dejamos en su destino hasta quiere pagarnos, por supuesto que no tomamos el dinero. El resto de la jornada, la pasamos recogiendo mujeres en la carretera para llevarlas con distintos trajes regionales, les preguntamos, pero no saben muy bien de donde viene el sombrero que algunos son muy graciosos, como no les cobramos, aceptan a hacerse una foto conmigo y bien contentas.
Nuestra siguiente parada es Cuenca, una bonita ciudad colonial y como no es demasiado grande hemos decidido hacer una parada, no nos queda otra que instalar nuestra casa en un parking, pero en este caso no es caro y está muy cerca del centro, además coincidimos con 5 happy hoppers, otros viajeros Belgas majísimos, en realidad ahora son tres Adrian, Inge y Franco, los otros dos componentes, están en el cole en Bélgica.
Coincide que son las fiestas del Corpus Christi, y el parque principal de la ciudad se convierte en la feria de dulces tradicionales más grande que nunca habíamos visto, así que aprovechamos para ponernos las botas y para degustar una magnífica fritada conquense, se nos cae la baba cuando nos traen el plato.
Normalmente casi nunca contratamos guías por los precios disparatados cuando visitamos ciudades o ruinas…. Pero en Cuenca, la oficina de turismo ofrece un tour guiado gratis de un par de horas, con lo que decidimos unirnos, el grupo es bastante divertido, una señora Alemana que parece la Duquesa de Alba y que no para de hablar, sobre todo de truchas, un par de mochileros de Israel y Los Estados Unidos y una parejita de españoles muy majos que están visitando el país después de hacer un voluntariado en Quito No sé si nos enteramos mucho de la historia de Cuenca pero nos echamos unas buenas risas con el equipo “Free Tour” ¡ hasta tenemos la oportunidad de visitar la fábrica donde se fabrican los sombreros panameños que en realidad son originales de Ecuador y tejidos casi en su mayor parte por los indígenas de los alrededores.
Nos gusta el ambiente de la ciudad, especialmente porque el turista se mezcla con el local, con las Cholas “cuencanas” con sus faldas coloridas y sus sombreros blancos vendiendo flores y productos artesanales, las monjas que salen de las Iglesias, los escolares en sus uniformes correteando por las plazuelas, los jóvenes enamorados de la mano paseando por el parque y los fabricantes de dulces haciendo el reparto en los puestos y de repente alguna comparsa que aparece atrayendo la atención de todos los que participamos de un bonito y soleado día en Cuenca.
Después de tres días de procesiones, de juegos artificiales y de música por toda la ciudad, decidimos poner rumbo a nuestro siguiente destino.
Nuestra sorpresa es que cuando preparamos todo para salir del parking, la puertas están cerradas, además parece que han desaparecido todos los coches, cuando nos acostamos la noche anterior, el parking estaba lleno y sólo quedan dos coches y uno tiene las ruedas pinchadas. Jose me propone saltar el muro, pero yo le propongo de acercamos a las puertas y hacer señas a alguien que pase, pero lo único que pasan son coches y ni se percatan, incluso uno de la policía….. ¿¿y que hacemos???? Después de un buen rato, una chica se acerca y abre la puerta…. Por fín ¡!! En realidad, ella viene a recoger el único coche que queda y nos dice que el parking queda cerrado todo el fin de semana ¡¿ Que?! No nos podemos creer que el chico encargado nos haya dejado encerrados sabiendo que dormíamos dentro, si no hubiera sido por la chica, nos hubiéramos quedado encerrado dos días….
Lo bueno de la situación es que nos hemos ahorrado tres días de parking con lo que decidimos invertir el dinero en una botella de aceite de oliva y una tripa de chorizo riojano que encontramos en una supermercado….la felicidad nos invade, hacía más de cinco meses que no teníamos aceite de oliva porque los precios son prohibitivos.
Después de hacer algunas compritas occidentales, ponemos rumbo para encontrarnos con el Pacífico que creemos tiene bastante que ofrecer.
Para descender hasta la costa, tenemos que atravesar otro parque, “las Cajas” y ascender hasta 4000 m atravesando el páramo donde las llamas transitan por la carretera a su libre albedrio y los coches nos entretenemos en esquivarlas. Luego descendemos pasando por bosque nuboso, bosque tropical hasta llegar a la zona de los manglares.
Hemos recorrido casi todos los parajes naturales del país hasta llegar al océano donde una banda de pelícanos casi rozándonos la cabeza, nos da la bienvenida.

Nuestra primera parada es la playa rosada, un bonito lugar, a pesar de que el día está bastante gris, el lugar tiene su encanto quitando el chiringuito que han montado con música reggaetón a todo volumen.
Minutos después de aparcar, se acerca un señor que nos dice que si nos vamos a quedar mucho tiempo, le comentamos que queremos pasar la noche, y nos dice que el propietario, no está de acuerdo, pero que si nos vamos temprano al día siguiente que vale, eso sí, nos cobra 2 $ de parking. A la mañana siguiente, cuando hacemos el intento de salir, el camino está completamente enlodado, ha estado lloviendo toda la noche y no hay manera, nuestra casa es demasiado pesada para esta pista de patinaje. Después de un par de horas, llegan los empleados del chiringuito, que nos recomiendan esperar, aunque por otra parte, nos da un tanto apuro por si llega el jefe… al medio día, decidimos tomar la ruta, parece que estemos en una pista de patinaje, pero despacio y con buena letra, conseguimos llegar a la carretera principal.
Los pueblos costeros por los que vamos pasando son francamente horrorosos, no tienen ningún atractivo y como el tiempo no termina de mejorar no sabemos dónde parar. ¿Y a esta costa le llaman “La Costa del Sol”?, pues llevamos tres días sin ver ni un rayito.
Finalmente decidimos parar en Montañita, un pueblecito surfero que pinta bien, pero la lluvia no cesa aunque parece ser que no es la época de lluvias, que a pesar de caer fuertes chaparrones luego sale el sol, ahora estamos en la época de la Garua, una lluvia fina que no cesa en todo el día y cielo gris.
Montañita, tiene las calles muy estrechas, así que decidimos plantar el campamento a un par de kilómetros al sur en una playa, donde finalmente acabamos atrapados otros dos días por el barrizal que se nos forma, para colmo, como estamos en medio de la nada, no queremos dejar la casa sola y vamos al pueblo por turnos.
Así que por el momento, la experiencia Pacífico, no está siendo demasiado placentera.

En cualquier caso, decidimos seguir ruta hasta Puerto López, una población de pescadores, con una bonita playa, un parque natural cerca y la posibilidad de ver ballenas jorobadas que a partir de mediados de Junio, llegan desde la Antártida en el curso de su migración.
Por suerte y después de otros dos días grises, parece que la garua nos da un poco de tregua y aprovechamos para ir a la playa de los Frailes perteneciente al parque nacional de Machalilla, donde finalmente los rayos del sol iluminan las fantásticas aguas turquesas y miles de cangrejos corretean con su curioso movimiento a nuestro alrededor.
La Islas Galápagos son las más emblemáticas de Ecuador, Darwin y su famoso libro “ El origen de las especies “ convirtieron estas Islas, que por un tiempo sólo eran visitadas por bucaneros, navegantes y cazadores de ballenas en las más famosas del mundo y la consecuencia es que visitarlas, tiene precios prohibitivos. Como no tenemos presupuesto optamos por La isla de la Plata, también conocida como las “Galápagos de los Pobres” y cuyo nombre se atribuye a diversas historias, una hace referencia a un tesoro que escondió uno de los corsarios más famosos Sr Francis Drake, otra a la plata que escondían los Incas para evitar el saqueo de los Españoles y tal vez la más acertada sea por el color de los acantilados cubiertos de guano cuando hay luna llena.
Aprovechando la racha de buen tiempo, desde Puerto Lopez, organizamos una excursión a esta Isla y donde nos aseguran que veremos ballenas así que estamos más que entusiasmados.
Esta isla es el hogar de anidamiento de diversas colonias de aves marinas, que nos reciben posadas en los acantilados de esta dramática isla y en cuestión de minutos nos vemos rodeados de tortugas marinas, ¡que chulada !
Descendemos de la embarcación y con un guía hacemos una visita a la isla donde podemos ver increíbles especies de aves en sus momentos más espectaculares, como a la fragatas macho con su buche rojo completamente hinchado para atraer a las hembras o a mi favorito, el picudo patas azules en su momento más romántico, escenas para no olvidar.
A la vuelta de la caminata, tenemos la oportunidad de nadar rodeados de peces multicolores, sinceramente para ser las islas de los pobres, no tienen desperdicio.
Por el momento no hemos visto ballenas, y aunque nos ha fascinado lo que hemos visto, no paramos de pensar en las ballenas, especialmente Jose.
De camino, de vuelta a Puerto Lopez y con unas olas de metros oímos “ballena a la derecha” …. Wow de repente enfrente de nosotros, uno de estos inmensos y maravillosos animales, sale de agua dando un salto espectacular que nos deja a todos los pasajeros con la boca abierta, a esta se unen otras cuantas que nos ofrecen un espectáculo continuo, aunque después de un rato el movimiento del barco comienza a causar estragos y poco poco los pasajeros nos vemos obligados a re ubicarnos junto a la borda por si tenemos que evacuar, con lo que el capitán decide poner rumbo a la costa, por suerte, en tierra firme todos los males desaparecen y nos quedamos con la imagen de estas gigantes criaturas haciendo piruetas delante de nuestros ojos.
En la excursión conocemos a Olaya y Carlos, una pareja de Madrid que nos invitan a cenar con ellos y a tomarnos unos golpes, la verdad que mola juntase con españoles…. Tal vez eso sea algo que echamos de menos en nuestro viaje porque no hay muchos.
Por la mañana antes de dejar Puerto Lopez me acerco al final de la playa, el ambiente es tremendo, los pescadores acaban de llegar de altamar y ofrecen sus presas al mejor postor justo al lado, las mujeres cocinan el pescado como desayuno y cientos de pelícanos y fragatas sobrevuelan esta escena popular, y así nos despedimos de Ecuador para poner rumbo a Perú, o eso pensamos……
Necesitamos dinero y antes de dejar Puerto Lopez nos acercamos a un banco pero el aparcamiento es demasiado estrecho así que con un poste le pegamos un golpe al camper y… ¡destrozo ¡!, esto nos lleva retrasar la salida para intentar arreglarlo, poco después nos percatamos que el convertidor de corriente del camper tampoco funciona, así que intentamos buscar uno por internet y parece ser que en Guayaquil nos lo consiguen, pero esto no es todo amigos… con el camper arreglado, el convertidor apalabrado, el elevalunas del piloto tampoco funciona, parece que todo se ha puesto de acuerdo para romperse. !!
Así que hacemos un maratón de talleres en las últimas 48 horas en Ecuador
Empezamos con un taller de Chapa y soldadura en Puerto Lopez, de ahí a Guayaquil para conseguir el convertidor y ya aprovechamos para cambiar el aceite que ya le toca. Seguimos ruta para encontrar un taller de reparación de elevalunas para la ventanilla y en Shumiral, nos desmontan todo pero no nos lo pueden arreglar porque les falta un cable, así que apuntalan el vidrio con dos palos, esperemos que no se caigan, de ahí a Machala en busca de otro taller de elevalunas donde finalmente tienen el cable y lo reparan y por último, un torno donde nos hacen una estructura para poder poner el convertidor en el camper.
Muchas gracias a todos los mecánicos que nos han ayudado a poner nuestra casa a punto para seguir la aventura.
Ahora sí que nos vamos para Perú y bien cargados de gasolina, porque los precios en el país vecino son más del doble.
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