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HACIENDO AMIGOS EN LA CORDILLERA BLANCA

  • alaskatierrafuego
  • 17 jul 2017
  • 9 Min. de lectura

Dejamos los pueblos desérticos y polvorientos de la costa, en dirección a la Cordillera Blanca, y por logística y ahorro de gasolina, no nos queda otra que pasar por una de las rutas más peligrosas de Perú, “ El cañón del Pato”, incluida en un programa de la versión hispana del canal historia llamada “ Rutas mortales”. 50 kilómetros de una carretera serpenteante, bastante estrecha y sin quita-miedos, donde la cordillera Negra y la Blanca casi llegan a rozarse, separadas a penas por una distancia de 15 m y donde los acantilados de más de 1000 m metros de profundidad son de vértigo, pero el principal reto de esta carretera es pasar los 54 túneles de una sola vía sin que te venga nadie de frente, para evitar el choque, la técnica es pitar antes de entrar al túnel, para que si hay un vehículo en el otro lado lo oigan y no pasen, nosotros lo hacemos pero….. ¿ Lo harán los peruanos?.


Prueba superada, dos horas de adrenalina, suficiente para los próximos días, pero espectacular.

Antes de dejar el cañón, decidimos hacer noche en este maravilloso y solitario paraje, pero conforme vamos descendiendo las toneladas de basura van invadiendo el cañón, precioso sitio para un estercolero pensamos, seguimos descendiendo para alejarnos del olor, pero aun así, las moscas invaden nuestro campamento.

A la mañana siguiente, vemos una camioneta llena de basura, así que Jose va a preguntar, y el señor le dice que es el basurero de la zona…..¡ Excelente!!, no podemos dejar de sorprendernos de la gestión medioambiental de este país.


Esta carretera de vértigo, poco a poco se va ensanchando y perdiendo emoción hasta que de repente unos picos nevados asoman a lo lejos, y como si de una pintura se tratara, la cordillera Blanca se muestra ante nuestros ojos.

Con más de 180 kilómetros de longitud, esta cordillera esconde preciosos valles verdes, lagunas turquesas y tiene más de cincuenta picos con más de 5700 m y los más altos del trópico, los Huascarán con 6768 m.

Con tantas atracciones, no sabemos muy bien por dónde empezar, finalmente nos decantamos por la laguna de Parón, lo que no sabemos es cómo estará la ruta, en cualquier caso decidimos aventurarnos, por el camino, las gentes locales cultivan claveles y las mujeres llevan uno curiosos sombreros, pero al paso, todo nos saludan amablemente. Después de tres horas para recorrer los 30 km desafiantes de enfrentarnos a coches y buses que vienen de frente y apenas tenemos espacio para entrar los dos, nos decimos como en alguna otra ocasión, ¿Por qué hemos caído otra vez? Pues la verdad porque para llegar a los sitios más bonitos del país no nos queda otra, y nuestra casa va donde vamos nosotros.


Por el camino, nos encontramos con un minibús y unos chicos parados en el camino haciendo fotos, al ver que somos españoles, nos preguntan por nuestra aventura, ellos también son españoles y están mirando rutas para escalar estas gigantes paredes, que no tienen desperdicio. Cuando llegamos todos al refugio, las aguas turquesas de la laguna y el paisaje, nos dejan con la boca abierta. Acto seguido, nos presentamos, en su grupo hay un poco de todo, dos vascos, Iker y Eneco, un murciano, Manu un andaluz, en fin mezclete ….. ellos flipan con nuestra aventura y nosotros con la suya. Después de contarnos historias, ellos descienden y nosotros plantamos nuestra casa enfrente de este maravilloso entorno.

Al rato, se nos acerca Alex, otro español de Girona que también va a retar alguno de estos picos, y nos dice, - Oye, ¿sabéis quien eran los chicos con los que estabais hablando? – Pues unos escaladores - le decimos – Son los hermanos Pou, nos contesta, están entre los mejores escaladores del mundo… - ¿En serio?…. Pues si lo hubiéramos sabido, nos hubiéramos hecho una foto con ellos….

Con Alex, pasamos la tarde y nos cuenta historias escalofriantes de montañeros, él se queda alucinado con nuestra historia, pero nosotros nos quedamos perplejos con las que él nos cuenta, porque ir escalando en el Himalaya y ver un saco de dormir a lo lejos y que te digan que es un fiambre, nos parece muy tétrico, ¿no sé yo quien tiene más valor la verdad?.

Mientras conversamos, nos acompaña de fondo un de los picos más famosos el Artesonraju o la montaña de la “Paramount”, no podemos dejar de mirarla y de fotografiarla hasta que sólo queda su silueta a la luz de la luna. El frío nos hace a cada uno refugiarse en su guarida, la noche es fría y junto con la altitud a más de 4300 m, no nos deja conciliar el sueño.


A la mañana siguiente, los primeros rayos de sol comienzan a calentar nuestra casa, aunque no nos atrevemos a salir de las tres capas de sacos y edredón que nos protegen, por la ventana ya vemos estos picos iluminados y el azul del lago es todavía más intenso. También vemos a dos chicas que están desayunando junto al lago, así que decidimos unirnos a ellas, son Sol y Lola, dos argentinas enamoradas de esta cordillera y que residen en Huaraz, la ciudad base de esta zona y con ellas compartimos un bonito día soleado.

De madrugada, unas voces junto a nuestra casa me despiertan, me asomo por la ventana y veo a unos chicos cargados de mochilas enormes.- ¿ Y estos quien serán? ¿ y de donde vienen a estas horas?.

A la mañana siguiente, cuando Jose sale a fumarse el cigarro con el café, oigo… - ¿Sois españoles? Jose responde – si ¿Y vosotros también no?, ese acento es inconfundible. A mí me da la risa, no habíamos visto prácticamente españoles en trece meses de viaje y ahora no paramos…. Entonces caemos.. claro es Julio son la las vacaciones en España, llevamos tanto tiempo viajando que a veces tenemos desorientación temporal.

Son Javi y su equipo de escalada de Murcia y Castellón, lo primero que hacemos es ofrecerles un café, porque los pobres, tienen aspecto de no haber dormido mucho, eran ellos los que llegaron anoche, venían de escalar la esfinge pero se les atragantó, uno de ellos empezó a sufrir el mal de altura, y eso les ralentizó mucho, sinceramente, ¿no sabemos cómo consiguieron bajar de noche desde esa pared?.


Después de tres días en este magnífico lugar es hora de seguir ruta, Sol y Lola nos han dado algunas ideas, así que nos despedimos de todos nuestros nuevos amigos a los que posiblemente veamos en Huaraz.


Nuestro siguiente destino, las lagunas de Llanganuco desde donde podemos contemplar Los Huascaran, el paraje está bastante solitario, pero de uno de los refugios sale una pareja de mochileros que se acercan a nuestra casa y nos preguntan por la aventura, ellos van en dirección a la laguna 69. Pues no sabíamos que este era el camino para visitar esa laguna que parece ser que es una de las más bonitas de la cordillera Blanca, de hecho la habíamos descartado por no caer otra vez en las rutas desafiantes y no hacer 30 km de trocha pero ya estamos casi.

Cuando llegamos al parqueo los choferes de los autobuses de turistas nos dicen que tenemos que subir a ver la laguna, que si ya hemos llegado hasta ahí merece la pena, para llegar a esta laguna, son unas seis horas de recorrido, hay eu ascender hasta 4600m, nos dicen que es duro pero se puede, como todo, en estos países, ¡ siempre se puede! Lo bueno es que, como los autobuses llenos de turistas pasaron hace más de dos horas, recorremos estos parajes solos rodeados de las montañas, cascadas y de algunas vacas que nos acompañan.

Conforme vamos ascendiendo el camino se vuelve duro y el aire es muy escaso, casi a mitad del recorrido, nos empezamos a encontrar a gente que no lo ha conseguido y nos dicen que es duro, pero decidimos seguir adelante hasta que en la última media hora comenzamos a sentirnos mal, y con nauseas… cada cinco minutos, parada de recuperación y último empujón hasta que finalmente después de la última colina ya podemos ver a lo lejos las aguas turquesas , sólo unos pasos más y estamos en otro de los lugares más espectaculares que esconde esta cordillera.

Nos sentamos un momento a recuperar fuerzas y tomar un bocado porque hay que iniciar el descenso antes de que se nos haga de noche, dos chicos se nos acercan, son Micha y Anne, los mochileros que habíamos visto unas horas antes, así que se nos unen y compartimos los víveres que tenemos mientras contemplamos esta maravilla de la naturaleza, Micha es Polaco y decidió hacer un cambio en su vida, así que de ejecutivo, ha pasado a vender artesanía y Anne, es una chica belga viajera, que vivía en Bruselas así que con ella tenemos mucho de qué hablar, hasta tenemos un amigo en común en tierras flamencas, es divertido ver lo pequeño que es el mundo cuando uno viaja.


Hacemos el descenso juntos y yo un poco accidentado, una de la cacas de vaca en una piedra que no veo, me hace patinar y me pego un culada de narices, por suerte, todo queda en unas risas y el trasero hecho una plasta.

Por el camino, para calmar el mal de altura nos invitan a una mascada de hoja de coca…. Wahhhhh que amargo que está, la verdad que no se si ayuda pero está malísima.

Una vez en la zona de parqueo, nos despedimos de nuestros divertidos amigos que siguen explorando la cordillera. - Esperamos volverles a ver. Nos dicen – Tal vez en Huaraz chicos… ¡suerte!.


Ya está oscureciendo pero tenemos que dejar el parqueo y llegar hasta la entrada que son unas dos horas de trocha porque si nos quedamos a pasar la noche, nos quieren cobrar 120 soles a cada uno,( unos 35 €), disparatado la verdad pero aquí sólo hay la opción de un día 10 soles o más de un día 120, así que no ponemos en ruta aprovechando hasta el último rayo de sol, pero la noche nos cae encima, así que hay que ir despacio. Después de un rato, vemos una silueta en el camino haciéndonos el alto, es una muchacha, Ana, es de Ecuador y ha venido a hacer un voluntariado en la escuela en un pueblo a un par de horas de la entrada del parque, obviamente, ya no pasan buses así que la acercamos hasta la entrada, donde los guardas nos dicen que pueden llamar a un primo para que la lleve al pueblo, pero le cobra 200 soles, la chica dice que no puede pagarlos, así que le proponemos dejarle nuestra tienda de campaña y que pase la noche junto a nosotros aunque el problema es que la familia con la que se hospeda van a preocuparse por ella, pero es la mejor alternativa.

Mientras preparamos el campamento pasa un coche al que le hacemos el alto, es un taxi con dos argentinos que vuelven de escalar, y por suerte van al mismo pueblo que Ana, pues nada, a casa y gratis.


A la mañana siguiente terminamos el descenso hacia la carretera y hacemos parada en Yungay para aprovisionarnos en el mercado, donde las mujeres indígenas llevan un sombrero todavía mas curioso que el que habíamos visto por los pueblos de la Ruta de la laguna de Parón, aquí son estilo " Jinete pálido pero blancos".


Después de haber conocido a tanta gente, hemos decidido hacer parada en Huaraz, pero cuando abro el grifo para lavarme, el agua no cae y la bomba hace un ruido muy raro con lo que otra excusa para parar en la población, una vez que tomamos la carretera hacia Huaraz, las vistas de las montañas rodeándonos, son impresionantes y no podemos dejar de mirarlas, lo que no sabemos, es que estas maravillosas vistas son incompatibles con los rompe-muelles en la carretera y de repente ¡¡¡¡paffff !!…. Parece que ha salido la casa volando…. Cuando bajamos y vemos el destrozo, no nos lo podemos creer, nuestra casa está en estado grave.

Al llegar a Huaraz, intentamos buscar un gasfitero para la bomba y un chapista para la casa, y aunque no es tarea fácil, los locales nos ayudan en nuestra búsqueda, después de recorrer varios talleres, finalmente damos con Oswaldo, un muchacho que le pone ganas y se pega más de cinco horas con la bomba hasta que la hace funcionar, parece ser que ha entrado aire en el circuito y con la altura se ha expandido impidiendo la aspiracion agua.


Al día siguiente, nos dirigimos a un taller de chapa multifuncional, que nos recomienda Oswaldo. Ahí nos reciben Jose y Luciano, dos hermanos que llevan este taller y que después de hacer el diagnóstico, nos dicen que sí nos lo arreglan, pero que va a tardar varios días, además viene el fin de semana.

Estos hermanos, y el equipo entero de “ Evolution Racing Team” son encantadores, nos dejan quedarnos en el taller, nos dan agua, electricidad y hasta wifi, además de hacernos un excelente trabajo. Sinceramente cada vez estamos más encantados con los Peruanos.


Entre tanto, aprovechamos para visitar el pueblo, que nos sorprende con un desfile Educativo- militar muy curioso, donde todos los niños de todas las escuelas del municipio, le dan a la marcha militar.



Además, aprovechamos para quedar con Sol, una de las argentinas que conocimos arriba en la laguna y que nos cuenta como es su vida en estas tierras peruanas.

Micha y Anne también se ponen en contacto con nosotros para hacer una quedada y nosotros contactamos a Alex el chico de Gerona, así que formamos un grupo un tanto variopinto, de viajeros, montañeros, y hippies, y nos vamos a la zona más local de Huaraz donde los domingos sirven comida típica, cuando veo a los conejillos de Indias fritos, no me puedo contener a probarlo, y otro de los platos típicos de la zona, es la pachamanca, una comida a base de patatas, maíz, y carnes cocinado bajo la tierra, y todo esto mojado con la bebida típica de maíz, chicha morada y unos deliciosos postres caseros mientras conversamos de la vida, de las montañas y de lo que nos hace felices.

Y así despedimos nuestra visita a la cordillera Blanca con una bonita reunión entre amigos.



 
 
 

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