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COSTA RICA, PURA VIDA Y EL ETERNO VERANO.

  • alaskatierrafuego
  • 10 feb 2017
  • 4 Min. de lectura

Costa Rica, podemos considerarlo como el oasis de Centroamérica, cuando uno entra en el país se siente bien, y se respira otro ambiente…. "Tranquilidad" es la palabra.

Este país, ha corrido mejor suerte que sus países vecinos y eso ha sido gracias a sus políticos, ya que el conflicto que sufrieron El Salvador, Guatemala y Nicaragua, debido a la explotación de la población campesina, también la vivió Costa Rica, pero con la dicha de que su líder político llegó a un acuerdo de paz antes de destruir el país y lo convirtió en una democracia desarmada, siendo el único país centroamericano sin ejército.

Pero ahí estaban los americanos presionando para instalar sus bases militares durante el conflicto con Nicaragua, y durante un tiempo se les permitió, hasta que el presidente Arias, medió para la resolución y echó a la contra americana del país, lo que hizo que se le concediera el premio nobel de la Paz.

En el contexto de un país desarmado y seguro, unido a una naturaleza y playas espectaculares, ha despertado un turismo multitudinario que ha conllevado a unos precios disparatados, pero vamos a ver a hasta qué punto nos afecta a nosotros con la nevera llena y la posibilidad de campamentos gratis según nos han dicho otros viajeros.


La salida de Nicaragua, quitando la gran desorganización que tienen y las decenas de ayudantes que le vienen a uno con pillería para sacarse el jornal es relativamente fácil.

Llegamos a la frontera Tica donde parece que hemos entrado a otro mundo, “El occidental” todo bien organizado y computarizado. Los 37 ºC en pleno febrero nos recuerdan que es pleno verano, justo lo que hemos pensado para nuestra aventura, “el eterno verano”.

Traíamos unos cuantos córdobas de Nicaragua que cambiamos por colones, la moneda local, aunque el dólar se acepta en casi todos sitios y nos dan diez mil colones, tenemos la sensación de que somos ricos, pero no es así, y en cuanto vemos los precios que triplican los de Nicaragua, nos damos cuenta que la estancia no puede durar mucho.


Vamos en busca de una playa para ponernos en remojo, elegimos la Flamingo en la costa del Pacífico, un sitio tranquilo y bastante virgen en la que esperemos no haya peces carnívoros, aquí, podemos acceder con nuestra casita y montar el campamento, esto es un lujo, viniendo de países donde los ricos compran las propiedades vetando el paso a playas, lagos y ríos, aquí es público y eso nos gusta.

Algunas familias Ticas, vienen a pasar aquí el día, y hemos hecho migas con una bastante numerosa, nos han invitado a comer un arroz con pollo riquísimo que aquí le llaman “ casado “, luego les hemos invitado a visitar nuestra casa y se han hecho fotos con nosotros, esperemos que la fama no se nos suba a la cabeza jajajaja.

El primer contacto con la población es totalmente positivo, lo que nos hace gracias es que la gente dice todo el tiempo “Pura Vida “, es como el slogan de Costa Rica, y la verdad que uno tirado a la bartola contemplando unos atardeceres preciosos y rodeado de una vegetación increíble y con una calma y tranquilidad absoluta, puede entenderlo.


Esta familia nos recomienda ir a playa Grande a ver a las tortugas Baulas, son las más grandes del mundo llegan a pesar hasta 500 kg y parece ser que es la época en la que vienen a poner los huevos a la playa y la verdad que sería toda una experiencia.

Cuando llegamos a la playa aparcamos justo al lado y un hombre nos dice que ojito porque roban bastante y abren los coches…. ¡ No !... En un segundo se ha desplomado nuestra idea de seguridad y tranquilidad, nos dice que hay un parking vigilado pero que hay que pagar, cogemos el coche y nos vamos al centro de información de la reserva, donde nos dicen que hay que pagar 30 dólares por persona - ¡¿ que ¿! y que en realidad, la temporada está terminando, que como mucho veríamos a una, pero que no llega todos los días, justo en ese momento desembarca un autobús repleto de americanos, lo cual nos facilita a tomar la decisión, ya podemos imaginar el espectáculo si sale la pobre tortuga rodeada de 50 americanos y 2 españoles, parece que no es la idea que tenemos de ver vida salvaje.

Antes de irnos a un sitio más seguro para pasar la noche y sin pagar, por supuesto, vamos a dar un paseo por la playa, que está llena de surferos, es un auténtico espectáculo ver a esta tribu cazando olas.


Antes de que se haga de noche nos vamos para el Conchal, que nos han dicho que es segura, igual que en las otras, uno puede entrar con el coche a la misma playa y acampar…. Justo cuando estamos montando el campamento, se nos acercan unos argentinos que también van viajando y vendiendo pulseritas y nos dicen que tengamos cuidado que hace un par de noches a ellos les robaron las mochilas y con pasaportes incluidos.


Pues va a ser que Costa Rica, no es tan rica y que tiene playas llenas de manguis, así que “Pura vida pero sin bajar la guardia “




 
 
 

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