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LA RUTA DE LAS FLORES Y EL PARQUE DE LOS VOLCANES.

  • alaskatierrafuego
  • 18 ene 2017
  • 7 Min. de lectura

La ruta de las Flores nos conduce a través de cafetales, montañas y pequeños pueblos coloniales donde todavía se puede encontrar algo de población indígena, bastante raro en El salvador comparando con su país vecino, ya que en 1932, el gobierno exterminó más de 30.000 campesinos, su mayoría indígenas que se habían sublevado debido a la erradicación de la actividad sindical en el sector cafetero y al abuso por parte de los patrones .

Izalco es el pueblo donde se inició la revuelta liderada por Agustín Farabundo Martí y donde más víctimas hubieron, cerca de 15.000, como nos cuenta Lisseth una chica que conocemos en la casa de la cultura.

El régimen prohibió hablar Nahuat, la lengua indígena de estas gentes y vestir el refajo o traje típico con lo que para evitar ser reconocidos dejaron de llevarlo. Lisseth nos cuenta que en el pueblo, sólo dos personas hablan el idioma y están intentando preservarlo y trasmitirlo para evitar que se pierda para siempre.

Los fines de semana se celebran festivales de comida y música en algunos de estos pueblecitos, así que nos decantamos por Juayua, donde nos ponemos las botas por 5$, el pueblo está muy animado y aprovechamos para dar una vuelta por el mercado y probar el delicioso café cultivado en estas tierras.



Después de un largo día decimos instalar nuestra casita en Salcoatitan, un pueblo cercano más tranquilo donde pasar la noche, o eso pensábamos cuando a las dos de la mañana, unos movimientos bruscos de la caravana nos despiertan. Es un vendaval que mete miedo, parece que vamos a salir volando, junto con las palmeras y los arboles del otro lado de la calle.

El día se despierta igual de ventoso o más, la verdad que nos asusta un poco, porque teniendo en cuenta la de huracanes que hay por estas zonas, no nos gustaría que nos pillara uno. Preguntamos a los vecinos y nos dicen que es zona de viento, pero que nunca había sido tan fuerte, que es un frente frio…

Decidimos quedarnos cobijados en nuestra casita que se mueve como una barquita en medio del oleaje hasta que alguien nos toca a la ventana… - Es Pierre, el francés que conocimos en el Remate en Guatemala, hace un mes. Pues que fuerte que nos haya pillado yendo en bicicleta, salimos para conversar un rato con él, nos cuenta lo mal que lo está pasando para llegar a los sitios con estas rachas de viento que casi lo vuelcan, ¡qué valor que tiene este hombre!!


Aunque el viento sigue soplando el día siguiente nos levantamos con ganas de explorar los alrededores. Pasamos por Ataco, sus fachadas pastel y sus preciosos murales en las paredes lo hacen un lugar muy acogedor. Además aquí comemos mejores pupusas del pueblo, y posiblemente de todo el Salvador, una masa de maíz rellena de tocino, queso y frijoles, cocinadas a la lumbre y tostaditas… se me hace la boca agua mientras lo escribo. De ahí pasamos a Apaneca para visitar la iglesia colonial más antigua de El Salvador pero el viento ha destrozado parte del techo y está cerrada.


Nuestra siguiente parada, Nahuizalco donde nos han dicho que hay un mercado nocturno de comida, por la carretera vamos esquivando los árboles que ha tirado el viento, menudo destrozo. En esta población, la presencia indígena, es también más notable. La mayoría de los locales, trabajan la madera o se dedican a la artesanía. Sin duda, nos ponemos las botas por unos pocos dólares. Además nos dejan aparcar junto a la iglesia y con un vigilante toda la noche.

Lo que queremos visitar antes de irnos de esta zona son los chorros de la Calera, parece que esta mañana ha amainado un poquito el viento, después de tres días de vendavales y nos dirigimos a Juayua para ver cómo podemos llegar a las cascadas. Preguntamos en el mercado y nos dicen que no es recomendable ir solo, que hay maleantes que asaltan a los turistas…. - ¡Vaya por Dios!…. De ahí vamos a preguntar a un grupo de policías que cuando me ven cargada de cámara y trípode me dicen que ni se me ocurra llevarlo… que durante el fin de semana ellos vigilan porque hay bastantes turistas pero que los días de la semana no tienen guardia allí, - Pues es martes, así que no es nuestro día de suerte, y casi se nos están quitando las ganas de ir, pero un muchacho con un tuc-tuc ( mototaxi) que está observando la jugada, se nos acerca y nos dice que por tres dólares nos lleva al parking del sitio donde podemos encontrar un guía que nos acompañe. Y eso es lo que hacemos, después de un trayecto bastante chungo llegamos al parking y ahí esta William, el que será nuestro guía, o mejor dicho nuestro guardaespaldas, el machete de metro que lleva seguro que espanta a cualquier maleante en el camino. Después de quince minutos de descenso ahí tenemos las cascadas con una poza de agua cristalina a la que no podemos hacerle un feo y nos metemos de cabeza…. Conversando con William, intentamos sacarle más información sobre los ladronzuelos, y nos dice que el domingo asaltaron a unos turistas que decidieron ir sin guía, y que por eso es importante ir bien acompañado… aunque Jose y yo nos preguntamos, si esto no es una estrategia de los locales para sacar el jornal, porque sinceramente uno podría venir perfectamente solo, pero ellos no se llevaría los 5$....


Bueno, el caso es que hemos disfrutado el paseo entre cascadas, cafetales y arboles cojoneros, de donde sale los cojones, si si, una planta cuyo jugo se utiliza como pegamento y estamos sanos y salvos… además se ha calmado el viento, así que nos dirigimos hacia el parque de los volcanes a ver si somos capaces de escalar uno de ellos.

Nos han dicho que el volcán de Santa Ana se puede subir, tiene que ser una visita guiada, así que desde el camping donde estamos vamos a encontrarnos con el guía que nos espera a la entrada del parque.

Junto al guía, un par de policías cuya misión es escoltarnos durante todo el recorrido, aquí ya se hace habitual el llevar guardaespaldas allá donde uno va.

Uno de los agentes nos hecha un discurso antes de empezar, que a uno le entran ganas de no subir…..- Si señor agente cumpliremos con todo lo que nos dice e intentaremos no resbalarnos, ni quedarnos atrás, ni descansar, y sobre todo que nos dé un ataque al corazón…. Pero la subida es dura y poco a poco entre las fotitos y los descansos nos quedamos atrás, por suerte, el agente que va a la cola es más simpático y nos ponemos de cháchara con él. Después de un par de horas de duro ascenso… - ¡¡¡wuaaaa !! Tenemos delante el cráter de este volcán todavía activo, sus aguas sulfuradas de color verde y el entorno son un auténtico espectáculo.


Durante el camino conocemos a un grupo de salvadoreños con los que compartimos risas e historias y que a la bajada nos piden tomarnos fotos con ellos y con la caravana por supuesto.


Nuestra siguiente visita es el lago de Coatepeque, también volcánico donde queremos tirarnos unos días a la bartola. Este precioso lago ha sido tomado por la élite salvadoreña, así que podéis imaginar las chabolas que hay alrededor, un auténtico lujo, lo fuerte es que al otro lado, sin vistas al lago sino al camino polvoroso como le llaman aquí vive la gente humilde en casitas hechas de tablas y techos de hojalata, una gran diferencia social la que sufren muchos de estos países de la América Latina.


Y por supuesto como todo es propiedad privada, uno tiene que pagar para poder bañase, así que encontramos un camping que por un par de dólares nos dejan pasar la noche y disfrutar del lago. Si algo tienen los salvadoreños es que enseguida se te acercan y te preguntan y se crea un buen rollito increíble, un encanto esta gente, aquí han sido un grupito de niños futboleros que están encantados de que vengamos de España.

Las conversaciones con ellos son la caña con ese acento medio cubano pero más gracioso y respondiendo todos a coro:

  • (Niños) - Y… conocen ustedes a Mesi ? – (Nosotros) No pero vivimos en un pueblo muy cerca de donde vive Iniesta.

  • (Niños) - ¿Iniesta, serio? ¿Y andan amigos? – (Nosotros) No, amigos no somos, pero si lo vemos le daremos recuerdos suyos.

  • (Niños) - ¿En serio? – (Nosotros) Pues claro.

  • (Niños) - ¿Y andan ustedes familia? - (Nosotros) No, no tenemos niños

  • (Niños) - ¿¡¡Serioooooo !!? - (Nosotros) No es que sólo tenemos 30 años y en España los niños se tienen con 35.

  • (Niños) ¿¡¡Serioooooo !!? Pues en el Salvador uno los tiene cuando quiere y no hace falta que se case uno. - (Nosotros) jajajajaja…….

Y así pasamos el día de risas con ellos.


Después de unos días de bañitos hay que moverse y llevar el coche a su revisión, elegimos La Libertad que está en la costa y de paso vemos lo que se cuece en la parte Pacífico Salvadoreño.

Primero pasamos por Los Cóbanos ya que nos han dicho que se puede hacer snorkel y ver una gran cantidad de peces, pero ni rastro de ellos, nos quedamos un par de días en el parking de un hostal que lleva Paul, un americano un tanto curioso pero encantador, que nos trata increíble, sólo nos cobra una noche y nos regala café, frutas, y aperitivos todos los días, además nos deja hacer la colada gratis, entre tanto nos entretenemos con las docenas de niños que le han invadido el hostal y que ya no sabe qué hacer para quitárselos del medio, un sitio curioso este Hostal.


Nuestra última parada en la costa es El Tunco conocida por sus olas, así que es destino principalmente de surferos. Es curioso como ciertas comunidades invaden ciertos sitios cambiando completamente su estética y su estilo de vida, desde los Espiritualistas biológicos en Mazunte, Los hippies en San Marcos Atitlan y aquí los surferos, la verdad que el sitio tiene su encanto.


Por la noche queremos tomarnos algo con un grupo de viajeros que están acampando junto a nosotros, pero un grupo de salvadoreños invaden nuestro campamento y acabamos con ellos tomando cervezas hasta que sus mujeres empiezan a llamarles por teléfono para recogerlos. ¡Menudo peligro tienen estos!


El caso es que necesitamos un poco de acción, así que nos vamos a las montañas nororientales donde La Guerrilla tuvo su mayor bastión durante la guerra del Salvador.

Por el camino, vemos muchas mujeres que llevan un pañuelo blanco en la cabeza, preguntamos y nos dicen que son hermanas de ya no me acuerdo que iglesia, porque si en algo tiene variedad El Salvador en la grama de tendencias religiosas … “Iglesia Adventista del Séptimo Día”, “ Iglesia de la Luz de Mundo”, “Templo Cristiano de las Asambleas de Dios”, Templo Evangélico de la Paz “ “ Iglesia Apostólica de San Pablo “ pufff….. Tiene que ser todo un dilema para esta gente elegir una.





 
 
 

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