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MEJICO DF, UNA SOBREDOSIS CULTURAL - MEXICO DF A CULTURAL OVERDOSE

  • alaskatierrafuego
  • 26 oct 2016
  • 6 Min. de lectura

Justo antes de coger el ferry en Baja, unos mejicanos que conocimos en Santa Rosalía nos hablaron de Teotihuacán, una de las civilizaciones prehispánicas más antiguas de Méjico así que ahí nos dirigimos hacia allá para conocer en vivo quien fueron los Teotihuacanes.

Estas ruinas quedan muy cerca de Méjico DF, la capital, así que hay que pasar por el anillo que rodea esta enorme ciudad y aquí tenemos nuestra primera experiencia de “soborno incitado” o “dar la mordida” como le dicen aquí , que nos cuesta bastante barata la verdad, justo al pasar una caseta de peaje se nos acerca el policía corrupto con la historia de que los vehículos con matrícula extranjera no pueden circular entre las 11 de la mañana y las 11 de la noche, son las 7 de la tarde y se está haciendo de noche y sólo nos queda media hora para llegar a nuestro destino pero el poli que parece que no cabe en el traje nos dice que la multa son 6000 pesos, unos 300 € y que el coche debe quedar retenido hasta las once de la noche, no paramos de llorarle pero no hay manera aunque las palabras de “ ¿ Que hago con ustedes? ¿Cómo piensan ustedes que podemos arreglarlo? Nos huelen a que quiere pasta, después de un rato le damos 200 pesos, 10 € y el colega no está conforme, nos dice que le pongamos más voluntad y que le demos un “quinientón”, pero no aceptamos y finalmente nos deja irnos después de darle la mano con el billetito de 200. Más tarde nos enteraremos que en realidad nos hizo un favor y debido a la contaminación y al exceso de circulación, efectivamente los vehículos no sólo extranjeros sino de otras provincias no pueden circular entre esas horas los sábados. Al final el policía corrupto nos hizo un favor ¡!! Y en vez de chingarnos a nosotros chingó al cuerpo de policía que se podía haber llevado los 300 pavos.

Nunca se nos había pasado por la cabeza ir al DF, imagino que por que entrar con nuestra casa rodante en la ciudad más poblada del mundo y con una fama de criminalidad altísima no nos atraía para nada, pero un poco movida por la curiosidad de ver esos magníficos murales de Diego Rivera ubicados en la gran urbe además de visitar la ciudad Azteca Techotichlan que Cortés derrocó construyendo encima la capital de la Nueva España, que hoy es parte del DF y después de conocer a Mina, nuestra anfitriona en San Juan de Teotihuacán, una señora a la que le encanta hablar y como a nosotros no nos faltan ganas, nos pegamos nuestras buenas charlas, nos cuenta que uno de sus hijos está retenido por los narcos y debido a ello se trasladaron a este pueblecito, la verdad que la historia nos deja los pelos de punta, además nos habla de todo lo que hay que ver en esta superpoblada urbe decidimos romper con el mito de la ciudad más peligrosa del mundo y a explorarla para tener información de primera mano.

Así que dejamos nuestra casita en el camping que lleva esta señora y nos cogemos un autobús que nos conduce a este monstruo de ciudad.

Una de las visitas más emotivas es la Casa Azul, el que fue hogar de Frida Khalo desde su nacimiento hasta su muerte y que compartió con Diego Rivera. Esta casa es capaz de transmitir muchas emociones, todos esos objetos personales, fotos, algunas de sus pinturas y hasta sus cenizas se conservan en ese espacio que transmite una alegría increíble pero también dolor y tristeza que fue lo que esta gran mujer vivió, ella fue capaz de convertir el dolor en arte. “Para que las quiero si puedo volar “ “ Viva la vida “ palabras de Frida que dicen mucho de esta mujer.

Y sin duda la más emocionante, es plantar nuestros pies sobre la ciudad Azteca Tenochtitlan, la que nuestro paisano Cortés derrocó y sobre la que construyó la capital de Nueva España, la historia no siempre es maravillosa, he aquí un genocidio a un pueblo indígena, pero no olvidemos que esto fue posible por la propias traiciones de los mismos indígenas unidos a los españoles. Los sacrificios humanos unidos a las grandes diferencias sociales y rivalidades entre tribus ayudaron a derrocar a una civilización de miles de años.

En los años 70, unos trabajadores de la compañía de electricidad, haciendo obras en el centro, descubrieron algunos de las esculturas en piedra aztecas y parte de las ruinas después de 20 años pudieron restaurar y recuperar parte de lo que fué aquella próspera civilización.

Andar por encima de estas ruinas sepultadas durante cientos de años viendo al lado la catedral de la ciudad y las casas coloniales es una sensación fuerte. ¿Por qué los humanos siempre nos hemos empeñado en destruir?


Y desde luego no podemos irnos de DF sin ver los imponentes murales de Diego Rivera desde los increíbles que adornan las paredes del Palacio Nacional al original de “Sueño de una tarde dominical en la alameda central”.

Estos murales son la propia historia mejicana representan al pueblo indígena antes de la llegada del los españoles, y también la masacre y genocidio durante la conquista, además de escenas de la revolución Mejicana y los Zapatistas, sin duda un lección de historia que vamos cogiendo de aquí y allá de los guías que van pasando por al lado nuestro ya que nosotros no podemos permitirnos uno.


Ahora bien, después de haber pasado unos días en el DF podemos desmitificar su peligrosidad, por lo menos nosotros lo único peligroso que hemos sentido es vernos aplastados como sardinas en el vagón del metro o enganchados en alguna de sus puertas, por lo demás, esta ciudad es una fascinante metrópolis cultural, así que con esta sobredosis de historia, arte y la sensación de sentirse entre un mar de millones de mejicanos que es única, nos despedimos.


A la vuelta de la ciudad, no sabemos muy bien cuál es la parada del autobús, así que un chico nos avisa diciendo -¡rápido bajen, esta es su parada! Bajamos pero no tenemos no idea de donde estamos, así que vamos a una tienda de abarrotes donde el dependiente, un chico con uñas de color fosforito y corte de pelo azteca no hace detalladamente un croquis de donde está nuestro camping, de ahí vamos a comprar unos cigarrillos y justo al salir me doy cuenta que me dejé las gafas graduadas en el autobús….. NOoooooo ¡!!! Así que nos dirigimos a lo que podría ser la estación de autobuses y nos dicen que no están seguros que autobús fue, porque cada 10 minutos pasa uno que viene del DF pero que lo mejor es ir en taxi al pueblo siguiente, San Martín, donde igual hace parada, tomamos un taxi y el chico se toma bien en serio lo de recuperar las gafas, así que iniciamos una persecución por la carretera que cada vez que pasamos por un badén y hay uno detrás de otro, nos pegamos con la cabeza en el techo, vemos a los lejos un autobús, - Tal vez sea ese dice el taxista, cuando nos acercamos a toda velocidad --- no es comenta Jose Carlos¡ así que seguimos hasta San Martín, donde entramos a la terminal y nos dicen que han llegado dos autobuses, vamos hacia ellos pero no es ninguno, sin embargo uno de los conductores, por la información que le damos, es capaz de saber quién era el conductor y uno de los hombres que está en la terminal tiene su teléfono, así que le llamamos para ver por donde está, posiblemente en el siguiente pueblo, después de intentar entendernos y decirle lo de las gafas, porque en Méjico se habla mejicano ¡ojo!, resulta que está parado en una gasolinera no lejos de San Martín y se pone a revisar el autobús y siiiiii encuentra mis gafas, no nos lo podemos creer, así que a toda velocidad nos lleva el taxista a la gasolinera y ahí las recuperamos. ¡En todo momento, sabía que lo conseguiríamos ¡ . Esto nos ha reafirmado nuestra idea de que el Méjico que vemos desde Europa es diferente del Méjico real donde la gente respeta y los hurtos y peligrosidad no están a la orden del día, pero para verlo hay que venir y vivir lo. Y si alguien se desmadra esto es lo que le espera.


Nuestra última visita es la ciudad prehispánica de Teotihuacán,

“La ciudad donde los hombres se convertían en Dioses “ –

“ Y toda la gente hizo adoratorios al Sol y la Luna, después hicieron adoratorios menores, allí hacían su culto y allí se establecían los sumo sacerdotes de toda la gente.

Así se decía Teotihuacán, porque cuando morían los señores allí los enterraban. Luego encima de ellos construían pirámides, que aún ahora están. “

Esta gran civilización fue muy anterior a los Mayas y Aztecas y el imperio prehispánico más próspero de Méjico. En esta ciudad habitaban más de 200.000 personas y sus masivas pirámides del sol y la luna imponentes además de ruinas numerosos templos y palacios, donde los sacrificios humanos eran habituales son lo que queda de lo que fue esta gran ciudad que no deja indiferente por su grandiosidad y su magnetismo a aquellos que creen que místicas energías convergen en este lugar.


Nos alejamos de San Juan de Teotihuacán con la silueta de la pirámide del sol que nos acompañará durante varios kilómetros mientras nuestros pensamientos vuelven a esas calzadas centenarias que todavía imaginamos con el bullicio de estos habitantes, rituales, sacrificios e intentamos imaginar la vida hace más de 2000 mil años.


 
 
 

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