CHIAPAS, PURA NATURALEZA Y PUEBLOS INDÍGENAS – CHIAPAS PURE NATURE AND INDIGENOUS VILLAGES.
- alaskatierrafuego
- 12 nov 2016
- 4 Min. de lectura
Dejamos las costa de Oaxaca y después de un rato conduciendo, hacemos una paradita para comer, hace un calor abrasador así que intentamos buscar una sombrita, alguien llama a nuestra puerta, es Marco, un chico suizo que nos cuenta sus peripecias recorriendo el mundo en bicicleta, Jose y yo pensamos, madre mía con la que está cayendo, pero con su sonrisa de oreja a oreja nos hace ver lo feliz que es, si para nosotros una sombra es una bendición para este chico es un milagro. Conversamos, compartimos aventuras, información y además nos regala algún billete de otros países por los que ya ha pasado y una tarjeta de teléfono de Colombia. Después de un rato de cháchara, cada uno toma su rumbo, él hacia el norte y nosotros hacia el sur.

Cuando imaginaba Chiapas, era selva, ríos, cascadas y eso es lo primero que hemos encontrado en nuestra primera parada, en plena selva de Ocote, un sitio un tanto remoto y de acceso, digamos un tanto complicado. Mientras descendemos la cuesta que lleva a lo que se puede llamar parking, rezamos para que no venga nadie de frente. Esto hace que no haya muchos visitantes, lo que lo convierten en un paraje mágico y espectacular, durante nuestra visita nos cruzamos solamente con tres chicos mejicanos que están conociendo estos lugares y que nos recomiendan algún que otro cercano.
No ha llegado nadie más durante el día así que la señora que se encarga del paraje nos lleva a ver el nacimiento subterráneo de las increíbles cascadas y luego nos permite quedarnos por 100 pesos, ella vive a 40 minutos, así que cierra la verja y este sitio queda para nosotros solos, o eso pensábamos cuando un pedazo de gato aparece y decide acompañarnos durante toda la velada, acabaremos llamándole Dioni.
Nuestra siguiente visita es la Sima de las Cotorras, un tremendo agujero dentro de la tierra de 160 metros de ancho y 140 m de profundidad, pero lo más curioso de este lugar es que al amanecer y al atardecer cientos de cotorras verdes sobrevuelan este agujero en círculo, no hemos tenido la suerte de llegar en la temporada, así que nos conformamos con ver y escuchar unas cuantas.

Allí conocemos a una parejita que también están viajando pero sólo por Méjico y con los que acabamos en nuestra casita rajando hasta las tantas.
Antes de llegar a San Cristobal, queremos hacer varias paradas, una es el cañón del sumidero, que forzosamente hay que recorrerlo en barca y esto lo convierte en una excursión un tanto turística pero este espectacular cortado en el terreno, bien merece la pena. Además nos dejan dormir gratis en el embarcadero.
Los otros sitios que queremos visitar son algunos de los pueblos indígenas de Chiapas, así que montamos nuestro campamento base en la sierra norte de San Cristobal, en un eco-parque que por 50 pesos, unos 2,5 € nos dejan pasar la noche.
Por la mañana el ruido de un rebaño de ovejas que pasa por al lado nuestro nos despierta, me asomo por la ventana y unas chicas vestidas con faldas de lana de oveja y con bebés colgados en la espalda conducen sus rebaños a pastar, a lo largo del días pasarán por al lado nuestro cinco o seis veces, nosotros las saludamos pero ellas ni nos miran, ¡ vaya!, Jose le pregunta a una si puede hacerle una foto a las ovejas porque llevan una mascarilla en la boca y le parece curioso y un ¡NO ¡ rotundo, lo deja un poco cortado.
Estas chicas, son Tzotziles y lo más probable es que sean de San Juan de Chamula por las vestimentas.
Queremos ir a visitar los mercadillos de estos pueblos y comprar algo de artesanía directamente de los artesanos.
Es domingo y San Juan de Chamula tiene un mercado increíble con mucho ambiente y además hay bautizos así que el pueblo está francamente animado. Los Chamulanos tienen unas prácticas religiosas únicas y han entrado en conflictos con paisanos que practican el catolicismo, hasta el punto de expulsarlos del pueblo, algunos de los pueblos indígenas rechazan la región católica ya que era la práctica de la mayoría mestiza que ejercía supremacía sobre ellos.
Los trajes tanto de los hombres como de las mujeres son hechos de lana de oveja tal y como las pastorcillas que vimos cerca de nuestro campamento.
El siguiente pueblo que visitamos es San Lorenzo de Zinacatlán, a la entrada, Rosa una chavalilla nos ofrece venir con nosotros en el coche y llevarnos a ver como hacen la artesanía, en realidad nos lleva a su casa donde su hermana, su madre y otra chica nos enseñan sus productos y nos ofrecen a beber unos licores artesanos y unas tortillas de maíz, finalmente nos sacan los trajes de boda típicos Tzotzil y nos dicen que nos visten, aunque les decimos que no, insisten y tampoco queremos quedar mal, así que acabamos de matrimonio Tzotzil.
Se nos ha abierto el apetito y nos vamos al bar del pueblo a tomarnos unos tacos, la gente nos mira como bichos raros, parece que no vienen muchos visitantes por aquí, lo que vemos es que sus trajes son distintos que en Chamula, los hombres llevan como unas camisolas rosas bordadas con motivos florales y las mujeres shales rosas o violeta también con motivos florales y faldas violetas, francamente bonitos.
Estos pueblos han resentido las transformaciones originadas por el consumo material e ideológico, con la presencia de religiones que permean en su vida cotidiana. Los nuevos hábitos de alimentación, el desuso de la lengua y la religión no solo han cambiado las relaciones entre los abuelos con los nietos, sino que han generado desmembración entre ellos, así como el olvido de la relación hombre- naturaleza, la práctica del “Lekik Kuxlejal “ ( Armonía de vida) se abandona por un mundo globalizado que fragmentan su convivencia con el entorno natural.
Las nuevas generaciones quieren un Smart-phone, beber coca-cola y ver videos en You tube, mientras que los abuelos luchan por mantener las tradiciones con lo cual, el conflicto está servido.
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